Neuroeducación y efectos de la educación musical en el rendimiento escolar

Conoce los efectos positivos de la educación musical y basados en estudios de neuroeducación en diferentes estudiantes.

La educación musical puede repercutir positivamente en el aprendizaje de un arte en sí mismo como es la música y en el desarrollo de competencias clave como las matemáticas, la lingüística, la inteligencia interpersonal.

 ¿Qué ocurre en el cerebro humano cuando percibimos la música?

Según estudios en neuroeducación las personas sin educación musical perciben la música de forma parecida al lenguaje en su contorno melódico total, mientras que una persona con formación musical la percibe como una relación de elementos y símbolos musicales, de ahí que exista una mayor asimetría izquierda en músicos. 

Cuando escuchamos música que valoramos de forma negativa, la actividad de la amígdala aumenta considerablemente; contrariamente, cuando la música es placentera, su actividad disminuye y aumenta el flujo sanguíneo cerebral.

Desde la educación emocional, todo este tipo de respuestas emocionales suscitadas por la apreciación de la música o cualquier otro arte reciben el nombre de “emociones estéticas”, las cuales difieren en algunos aspectos respecto a las emociones utilitarias, imprescindibles para la supervivencia de la especie.

Otros estudios y conclusiones desde la neuroeducación también han demostrado que la música emocional puede favorecer el incremento de la conectividad cerebral y la densidad de la materia gris, ( la encargada de en el control muscular y la percepción sensorial, como la vista y el oído, la memoria, las emociones, el habla, la toma de decisiones y el autocontrol.)

 Así pues, la educación musical puede ser un recurso eficaz para modificar la estructura cerebral, lo cual no solo repercute positivamente en el desarrollo y adquisición de competencias de tipo cognitivo (como, por ejemplo, la mejora en los procesos creativos, el notorio rendimiento académico, entre otras habilidades), sino que también actúa como herramienta terapéutica complementaria en trastornos cerebrales como demencias, Parkinson, epilepsias, o como recurso para mejorar el estado de ánimo y aumentar el bienestar personal. 

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¿ Cómo contribuye la educación musical en el desarrollo y fomento de las competencias ?

El aprendizaje musical tendrá una doble funcionalidad: por un lado, aportará un aprendizaje en sí mismo que contribuirá sobre todo a la consecución de las competencias relacionadas con la expresión y la conciencia artístico-cultural; por otro lado, todo este aprendizaje lleva implícita la combinación de múltiples conocimientos (matemáticos, de ejecución, teórico), en los que intervienen zonas cerebrales específicas de dichos conocimientos, pudiendo servir como recurso para desarrollar otras competencias tanto de tipo académico (matemática, lingüística, aprendizaje de las ciencias) como intrapersonales e interpersonales (de alfabetización y regulación emocional, comunicativas). 

Contribución de la formación musical en el desarrollo de la memoria y la atención

Diferentes estudios de neuroeducación que han comparado el coeficiente intelectual y los resultados académicos obtenidos por un grupo experimental de estudiantes de música, con un grupo control (no músicos) concluyen que la práctica musical podría estar directamente relacionada con la obtención de mejores resultados tanto en el coeficiente intelectual como en calificaciones académicas.

Otros estudios afirman que el entrenamiento musical en niños puede servir

como recurso para la mejora de la memoria verbal, pero poco contribuyen en la memoria visual.

Aportes de la formación musical en el aprendizaje de las matemáticas

Descifrar la vertiente rítmica de una partitura implica realizar agrupaciones, fracciones, subdivisiones, etc., instantáneamente, sin muchas veces ser conscientes de la gran cantidad de operaciones que se están llevando a cabo.

Así, diferentes estudios de neuroeducación confirman que los estudiantes de música obtienen mejores logros y calificaciones en la realización de operaciones matemáticas respecto a aquellos que no practican o estudian música. 

Interpretar una melodía implica la reconstrucción de un patrón espacio-temporal en el que los componentes no son piezas de un rompecabezas, sino notas de frecuencias agudas o graves y de larga o corta duración.

¿Cómo aporta la formación musical en el desarrollo emocional ?

La música es un recurso muy eficaz para la regulación emocional, entendida como la capacidad para manejar las emociones de forma apropiada. La música puede ayudar a cambiar el estado de ánimo personal despertando y evocando emociones, activando o desactivando su arousal, intensificándolas, cambiado su valencia, etc. De ahí su funcionalidad tanto en la cotidianidad de las personas como en su uso terapéutico.

La práctica musical colectiva conlleva la puesta en marcha y el dominio de toda una serie de capacidades, habilidades, conocimientos, etc., necesarios para el trabajo en equipo. habilidades socioemocionales como  la empatía, la comunicación (tanto verbal como no verbal), la resolución de conflictos, la colaboración y cooperación, el sentido de pertenencia, la adquisición de hábitos y valores, etc. son fomentadas y estimuladas con el aprendizaje musical en la escuela o en escenarios de formación artística. 

De ahí que cantar en una coral o tocar un instrumento en una banda o una orquesta influya positivamente en la adquisición de competencias interpersonales.

Modelos educativos que han dado la importancia a la educación musical.

No en vano, los países con los considerados mejores sistemas educativos del mundo han dado una prevalencia a la formación y aprendizaje musical.

En Finlandia, la educación musical  inicia  a partir de los siete años de edad, justo en el primer año de educación primaria. En estos primeros años de vida escolar, el enfoque de la enseñanza se centra en el desarrollo de la expresión musical, utilizando juegos y canciones. El objetivo es, que el niño o la niña aprenda a conocer y utilizar su voz.

En conclusión, la importancia de la educación musical como recurso neuroeducativo se sustenta en torno a dos grandes ejes: el aprendizaje musical para la música en sí misma, cuyos argumentos están basados en el valor intrínseco de la música, y el aprendizaje de otros conocimientos a través de la música, cuyos argumentos se basan en la transferencia de aprendizajes.

Este post se fundamenta en un artículo publicado por el Journal of Neuroeducation, Vol. 2 No. 1 (2021)

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